En un guardapolvo podrían entrar más propagandas que en una camiseta de fútbol. Pudo haber sido el razonamiento de los diputados macristas dispuestos a convertir en negocio cualquier derecho que se les cruce por delante. La mayoría automática del oficialismo en la Legislatura porteña aprobó el esponsoreo de empresas a organismo públicos, entre ellos, escuelas y hospitales. La Ley va en línea con el retiro del Estado de todas las responsabilidades que le son inherentes para trasladarlas al ámbito del mercado. Pero que las instituciones públicas dependen de la voluntad de los privados para conseguir sus recursos nuca fue ni será gratis.
Desde UTE venimos denunciando la intromisión de las empresas en las áreas de capacitación como por ejemplo: la ONG Conciencia (entre sus sponsors están Bayer, Nidera, empresas tabacaleras) tiene el programa “héroes de la convivencia”, ILSI (con socios como Coca Cola, Monsanto, DSM Nutritional Products-) el programa “Mi escuela saludable”, la empresa Red Creativa –que se presenta en su página web oficial como “una organización que desarrolla eventos sociales, corporativos, acciones publicitarias, viajes y team works”– apareció en la capacitación de los trabajadores del programa Club de Jóvenes y Chicos. Pero la imaginación neoliberal no tiene límites. Lo que tiene límite son sus políticas. De la misma forma en que impedimos el cierre de escuelas, con unidad y organización, vamos recuperar la centralidad del Estado en el financiamiento educativo.
El Ministerio de Educación porteño lo hizo a través de un programa para formar a los estudiantes en hábitos de alimentación saludable impulsado y llevado adelante por compañías como Coca Cola o Monsanto. A raíz de las denuncias de familias este programa se dejó de aplicar en algunas escuelas. En el mes de julio desde la UTE denunciamos que a nivel nacional la cartera educativa firmó un convenio con la Fundación Cimientos para que sea esta ONG que tiene como socios a bancos (HSBC, Galicia, Supervielle), financieras (JP Morgan), compañías de seguros (Zurich) y empresas multinacionales como Exxon y Coca Cola, quien se encargue de la formación de tutores pedagógicos en las escuelas secundarias. Cada vez que un gobierno entrega a una empresa privada la evaluación, la elaboración curricular, la formación docente o en el caso de los sponsor, el financiamiento, lo que se resigna es la soberanía pedagógica.