En 1986 la recientemente creada Secretaría de Educación de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires firmaba un convenio con la Secretaria de Salud para la atención de las guarderías de cinco Hospitales al área de educación y con este hito se iniciaba un nuevo capítulo en la historia de la educación inicial argentina.
El convenio definía que Salud seguiría haciéndose cargo de la infraestructura, de la alimentación y proveería atención médica para los niñxs y Educación asumía la responsabilidad pedagógica.
Aquellos jardines maternales años más tarde pasaron a ser Escuelas infantiles, es decir, atenderían niñxs desde los 45 días en el lactario hasta los 5 años, consolidando así, una nueva perspectiva acerca del derecho a la educación «desde la cuna». De esa manera, sentaron las bases de lo que en 2005 se consagrara como «unidad pedagógica» en la LEN. Este fue el tiempo de las luchas por la incorporación de esa nueva forma de ser maestra de inicial al Estatuto Docente.
Sin embargo, por aquellos años ’80 lo que no estaba definido eran los lineamientos y pautas para el trabajo con los niñxs. Una vez más, se apelaría a la inventiva de docentes que tomaron como referencia los desarrollos de los jardines sindicales como OSECAC, La gotita de agua o Alpargatas y cuya creatividad solo tenía como límite las expresiones de los más chicos. Surge así, una suerte de «didáctica» para el jardín maternal que con el paso del tiempo y el aporte de docentes de profesorado se constituye corpus teórico.
En los años ’90 las luchas en las calles de lxs docentes de la Muni, giraron en torno al reconocimiento del derecho a la educación desde los 45 días en la Ley Federal, conquista con saber amargo por la fractura del Nivel que provocó la obligatoriedad de 5 años en algunas provincias y el intento de cierre de salas de 4 años entre otras consecuencias.
Los jardines maternales y escuelas infantiles se volvieron referencia con la apertura del INFD y los nuevos planes de estudio a nivel nacional ya incluyen al Jardín maternal en un nuevo gesto que legítima derechos de lxs niñxs y saberes específicos.
Sin embargo, para el modelo neoconservador de Cambiemos, estos avances son intolerables en palabras del entonces Ministro de Educación porteño Esteban Bullrich a argumentar a favor de la responsabilidad indelegable de las familias en la educación hasta los 3 años con un Estado de controles a través de Fundaciones como CONIN o expertos desde el Ministerio de Desarrollo Social.
El cierre de la EI 6, deber ser leído como anticipo de de una política pública que se hace eco de los reclamos de sectores conservadores, busca achicar el gasto en educación y, por sobre todas las cosas, avanza en la precarización las condiciones laborales de docentes de Inicial mientras los reemplaza por profesionales del área de salud.
El cierre de la EI 6 es un claro ataque a la educación inicial argentina en consonancia con los planteos de la OCDE y el Banco Mundial.
#NO al cierre de la EI.
#NO a la desarticulación y cierre de la educación inicial