Angélica Graciano: “Si fuera por Larreta, la Ciudad estaría cercada y sería su country”

Angélica Graciano es maestra y secretaria General de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), el gremio docente más numeroso de la ciudad de Buenos Aires y uno de los más refractarios a las políticas del macrismo. En medio de una pandemia que no para de escalar en el distrito, Graciano asegura que la emergencia sanitaria dejó expuesto a Horacio Rodríguez Larreta: “Hay una permanente construcción del doble discurso, y luego, debajo de esa ficción, estamos los que vivimos la vida real”, sostiene la dirigente de UTE. De hecho, cree que si fuera por el jefe de gobierno, “la Ciudad estaría cercada y sería el country de Larreta”.

A contramano de lo que difunde el PRO, la docente afirma que no más del 47% de los alumnos porteños cuenta con recursos tecnológicos para mantener la continuidad pedagógica, y por eso reitera la necesidad de garantizar con urgencia la conectividad en los barrios más vulnerables.

En cuanto al regreso a las aulas del que vienen hablando los funcionarios de la Ciudad, Graciano considera que, “una vez más, priorizan el marketing y no el abordaje responsable de una problemática tan seria como es la vuelta a clases en invierno, donde los chicos se contagian muchísimo”.

“Larreta dijo que el 93% de los estudiantes tiene contacto digital con las escuelas o sus docentes. No es cierto. La encuesta que tenemos arroja un 47%”.

– ¿Cómo están los docentes después de tantos días de cuarentena?

– Están haciendo un esfuerzo enorme por mantener el vínculo pedagógico. Es verdad que pasaron muchos días y que muchos chicos no logran sostener ese vínculo. Surgieron innumerables dificultades, que tienen que ver con que la única vía para esa continuidad pedagógica es la conectividad, ya sea el WhatsApp, el celular o una computadora. El Ministerio de Educación porteño se la pasa haciendo encuestas de opinión, sondeos de todo tipo, y no resuelve la verdadera dificultad, que es cómo se va a dar continuidad a la escuela a través de otras vías. Esto provoca en los docentes un nivel de preocupación, de presión y de agobio muy alto. La gente está muy, muy estresada y preocupada por el futuro, porque la ciudad de Buenos Aires tiene muchos contagios.

– El PRO está hablando de la vuelta al aula. ¿Lo consultaron con los gremios?

– El ministro de Educación, Luis Bullrich, y Larreta empezaron a decir a los medios que estaban haciendo reuniones para programar la vuelta a clases, pero no es cierto. Nunca hubo reuniones. El propio gobierno sacó un protocolo pero no ha consultado ni a las trabajadoras y trabajadores de la educación ni a sus representantes ni a ningún otro organismo. Una vez más, priorizan el marketing y no el abordaje responsable de una problemática tan seria como es la vuelta a clase. Porque en esta etapa, en invierno, es donde hay gripe, resfríos, neumonías y en la escuela los chicos se contagian muchísimo.

– ¿Cuál es la situación actual en cuanto a las medidas de higiene y cuidado?

– Por un lado, el personal auxiliar es insuficiente, y por otro, está el problema de la provisión de elementos, que es la lavandina y los artículos de limpieza. Larreta tendría que tomar con mucha responsabilidad cualquier estudio vinculado a la vuelta a clases. Tiene que evaluar muchas dimensiones y variables que hasta ahora no ha consultado con nadie. Hay un doble discurso, pero la realidad es que en el transcurso de la pandemia se cortaron la luz y el gas, dijeron que era por cuestiones de seguridad, y hay muchas auxiliares con Covid-19. La situación es alarmante. Y tampoco la ART hace las visitas que debe para la prevención. Hay mucha improvisación a pesar de las propagandas.

– La Ciudad va a pagar el aguinaldo en cuotas. ¿Cómo está la economía de los docentes?

– Tuvimos una mesa salarial a principio de año, donde no firmamos el acta porque consideramos que era insuficiente un piso de $32.800. El primero de julio tienen que volver a convocar a la mesa, pero ya se anunció el pago en cuotas del aguinaldo. El gobierno arbitraria o unilateralmente define, por un lado, que somos un servicio esencial, pero no recibimos el tratamiento como trabajadores esenciales. Por ejemplo, en el pago del aguinaldo exceptuó al personal de salud pero no a los trabajadores de la educación. En la Ciudad, somos alrededor de 55 mil. Toda la educación pública, desde el nivel inicial hasta el superior, se está garantizando, lo que implica que en tu casa tenés el gasto de la luz y la conectividad, algunas compañeras tuvieron que salir a pedir computadoras o utilizar las propias. Eso requiere una gran inversión que el Estado porteño se está ahorrando. Hay una contradicción que es permanente en el gobierno de Rodríguez Larreta, que construye una ciudad imaginaria y, detrás de eso, está la real realidad. Las cosas no son como él dice en los medios.

“Larreta es un producto de los focus groups, de los sondeos y del coucheo”.

– Hablando de medios, ¿qué opina del generoso tratamiento que la prensa le suele dar al jefe de gobierno?

– Aprendí que eso se llama “publinota”. Él tiene pautados a la gran mayoría de los medios masivos. Se habla del gobierno de la Ciudad pero no de Horacio Rodríguez Larreta. ¿Cuál es el tema de que no se lo puede nombrar? ¿Van a perder la pauta que reciben? Por cierto, sabemos que es muy alta y que gran parte del presupuesto de todos los ministerios va a financiar medios, columnas, encuestas. El resultado es que se dibuja una realidad que no es la que vivimos las trabajadoras y los trabajadores todos los días.

– UTE viene señalando que la brecha digital es también una brecha educativa. ¿Qué significa?

– Rodríguez Larreta dijo que el 93% de los estudiantes tiene contacto digital con las escuelas o sus docentes. No es cierto. La encuesta que tenemos arroja un 47%, pero además es un número muy fluctuante, porque depende de los “datos” de las familias y, en este momento, de los horarios. Los padres empezaron a salir a trabajar y los chicos tienen que esperar a que el adulto que tiene el celular vuelva a la casa. Al depender la continuidad pedagógica estrictamente de las condiciones materiales, es decir, de la conectividad y de la computadora o el celular, si vos no tenés acceso a eso, entonces se agudiza la desigualdad. Los chicos no acceden a un proceso de aprendizaje, que no es sólo recibir la tarea, es estar en contacto para recibir una explicación, una devolución, hacer un ida y vuelta reflexivo. Eso no está sucediendo.

– Un fallo del juez Andrés Gallardo buscó resolver esa situación, pero el gobierno porteño lo apeló. ¿Por qué, ante medidas de este tipo, la respuesta es el bloqueo?

– La primera razón es que el gobierno no trabaja para todos los sectores sociales de la Ciudad, sino sólo para los sectores medios y altos, que son su electorado. Su política no se define en un interés por lo público, por lo común. Después, hay un sometimiento de la justicia de la Ciudad que no permite que funcione en forma independiente. Y cuando alguna causa cae en un juez independiente, Larreta, de forma sistemática, apela o trata de sacar al juez, que es lo que intentaron hacer en un principio con Gallardo. Ahora, se opone al fallo porque tiene que destinar presupuesto a comprar las netbooks para los chicos y las antenas móviles para que tengan conectividad los barrios populares.

– Algo similar pasó cuando UTE reclamó elementos de protección.

– Sí. Pedimos materiales de seguridad para las maestras y las directoras que estaban distribuyendo la comida. Tuvimos que hacer un amparo para que les dieran un barbijo, guantes, alcohol y lavandina. Si vieras el jabón que nos dieron: era como el jabón de un hotel, no de un tamaño adecuado. Y las botellitas de alcohol parecían de muestra. Es evidente que el macrismo ha dado por perdido este electorado, estos sujetos, y entonces los deja a merced de lo que pueda pasar con los recursos que están, pero hoy está en juego la vida de miles. Su política es restrictiva y todo el tiempo trabaja sobre eso. Si pudiera, la Ciudad estaría cercada y sería el country de Larreta. Pero estamos los trabajadores de la educación, los de la salud, los del Estado, están los chicos, hay barrios populares; o sea, no lo puede hacer. Pero intenta por todos los medios convertirnos en grupos controlados y que todo lo que denunciamos caiga en saco roto.

“Priorizan el marketing y no el abordaje responsable de una problemática tan seria como es la vuelta a clases en invierno, donde los chicos se contagian muchísimo”.

– ¿Rodriguez Larreta está aprovechando la exposición que le da el trabajo coordinado con la Nación?

– Larreta es un producto de los focus groups, de los sondeos y del coucheo. En algún momento, habrá visto que Alberto Fernández tenía una muy buena imagen y que le convenía sentarse al lado de él. Se mostró diciendo “estoy a cargo”. No es lo que se traduce en la realidad, lo que todos los días sucede en el territorio. Como dije, hay una permanente construcción del doble discurso, y luego, debajo de esa ficción, estamos los que vivimos la vida real. En este momento, la cuarentena está completamente liberada en la ciudad de Buenos Aires. Todos los días nos enteremos que ha fallecido alguien y que hay cada vez más enfermos, y sin embargo no hay ningún tipo de control.

– Varias veces, los docentes denunciaron a la Ciudad por espionaje. ¿Qué lectura hacen del nuevo escándalo de inteligencia ilegal que involucra PRO?

– Hay una obsesión de ese grupo político por vigilar a todo el mundo, incluso a sus propios dirigentes. Ya lo habíamos denunciado cuando estuvieron Mauricio Macri y el “Fino” Palacios en la Ciudad. Es una forma de hacer política que tiene que ver con el control poblacional, de lo que estás pensando, para poder anticiparse. Por otro lado, está la manera descarnada y violenta con que se trata a los opositores o a quienes se animan a decir “no” o sostienen una política en favor de los sectores populares. Hay un odio de clase que los mueve. Creo que Cambiemos puso en jaque a la democracia tal como la veníamos pensando desde la recuperación posdictadura, una democracia participativa donde los poderes del Estado tenían cierto grado de independencia. Con el macrismo hubo una forma nunca vista de subsumir el Poder Legislativo y el Judicial al Ejecutivo, junto a la incorporación de los empresarios y los grupos concentrados al gobierno. Para tener toda esa ingeniería, se necesita espiar a todo el mundo, porque de lo único que se trata es de hacer negocios.

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