Acuña reafirma sus dichos agraviantes, desconoce la historia de la educación y el diseño curricular de la Ciudad. En las escuelas debatimos ideas porque no se puede enseñar a pensar en el vacío. Sus afirmaciones gerenciales empobrecen la educación. Bajar un punto por año el presupuesto educativo está lejos de la neutralidad que dice profesar.