12.05.2015. Un grupo de veinte estudiantes de la villa 21-24 enseñan a leer y escribir a adultos de la comunidad.
Un grupo de alumnos y egresados de una secundaria de la villa 21-24, en el barrio porteño de Barracas, alfabetizarán a adultos de esa comunidad, en la que muchos de sus habitantes provienen de países limítrofes, como testimonios de un pasado habitado por la ausencia del Estado y las políticas de ajuste de los años ‘90, que generaron desempleo y desarraigo en toda la región.
Se trata de 20 adolescentes de entre 17 y 20 años que, incentivados por un grupo de profesores de la escuela media 6 del Distrito Escolar 5, integran el Programa “Decir es Poder” –ahora en la etapa final de relevamiento de 500 familias en el asentamiento–, en un intento por “devolverles” a esos mayores del barrio parte de la educación que recibieron en la secundaria.
“El primer relevamiento fue para mí muy importante porque descubrí que muchas personas grandes de mi barrio no sabían leer ni escribir”, expresó a Télam Micaela Luque, de 17 años, integrante del grupo de estudiantes secundarios que decidió alfabetizar a los “grandes”.
Analía Bogado, otra joven alfabetizadora, subrayó “el sufrimiento de los vecinos del barrio que tuvieron que migrar de su país en busca de trabajo para poder llevar un pan a la mesa”.
El relevamiento que elaboró la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) consiguió que el 10 por ciento de los encuestados (50 de 500) en seis manzanas de la villa 21-24 se inscribieran en la primera etapa del programa de alfabetización, a cargo de Néstor Orrequía, de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).
“Decir es Poder” es el nombre que los mismos chicos que se capacitan como alfabetizadores le pusieron al proyecto, ya que “enseñar a leer y escribir implica ceder la palabra a quien no pudo acceder a ese derecho cuando le correspondía”.