Por los pasillos: ¡Argentinos!
La voz de la locutora se transformó en un condimento infaltable de los actos de Cristina Fernández de Kirchner. En cada aparición de la entonces jefa de Estado, surgía el anuncio estridente de la joven: “Habla al país la Presidenta de los 40 millones de argentinoooooos”. La frase, que daba entrada a la mandataria, concluyó cuando Mauricio Macri alcanzó la Presidencia. La llamada “locutora militante” Natalia Paratore intentó en un principio permanecer en su faena durante el actual gobierno. Pero al no ser requeridos sus servicios, Paratore efectuó un reclamo por 7 millones de pesos por supuestas participaciones en actos y publicidades encabezadas por Cristina, amén de contar con un nombramiento en la TV Pública. La administración de Macri rechazó el reclamo, mediante la resolución 708/2016 de la Jefatura de Gabinete, y la locutora militante dejó de militar, al menos oficialmente. Con el regreso de Cristina a escena -al decidir competir para senadora nacional por la provincia de Buenos Aires- la locución de sus actos cambió. Ahora, en el equipo de campaña de CFK apuestan por un estilo “menos estridente”, un tono con presencia pero “menos batallante”, en armonía con el estilo menos aguerrido y más amigable de Fernández de Kirchner. La voz sigue siendo femenina, como gran parte del equipo que la acompaña actualmente, donde las mujeres son muchas. O sea, un relato con relatora pero más zen. Ponele…
Sin escenario
No solo a la locutora militante le va mal, tras el fin del apogeo K. Otro ejemplo de eso lo vivió Roberto Baradel, el combativo dirigente docente de SUTEBA, quien el martes pasado se acercó a un acto de los docentes porteños frente a la Legislatura. Acompañado del dirigente Eduardo López, “Roby” se hizo presente en la concentración de varios de los 17 gremios docentes. Y cuando iba a subirse al escenario, Baradel fue amablemente invitado a no ascender. Los gremialistas que impidieron el lucimiento del dirigente bonaerense dijeron luego que el pedido fue por la “mala imagen” que el jefe de SUTEBA tiene, tras la intensa pelea con el gobierno de María Eugenia Vidal. Eduardo López, secretario General de UTE y quien llevó desde La Plata a Baradel, se quedó también abajo, en solidaridad con su compañero ninguneado. Qué difícil es todo…
Roberto Baradel y Eduardo López. Foto DyN
Aclaración sobre este Pasillo: El gremialista docente Eduardo López se comunicó con este cronista para señalar que, en una nueva modalidad de los últimos actos de los gremios porteños, no todos los dirigentes suben al palco ni hacen uso de la palabra. Que así sucedió también en una movilización anterior, del 23 de mayo, donde dirigentes como él, Feldman (de la CEA) y Cova (AMET Nacional) tampoco subieron al palco. De este modo, López niega que el hecho de que Baradel no haya subido ni sido orador, es algo habitual: «La presencia de Roberto Baradel fue muy bien recibida y agradecida por quienes realizábamos el paro en CABA», indicó López en un mensaje a esta columna.
Ausente con aviso
Donde tampoco las cosas están fáciles es en la campaña de Florencio Randazzo. Además de las molestias de algunos dirigentes que apostaban a un armado más amplio que el que logró el Frente Justicialista, hay un dirigente que decidió autoexcluirse de participar públicamente de la campana randazzista. Se trata, ni más ni menos, que de Emilio Pérsico, el dirigente del Movimiento Evita. Esa fuerza fue, tal vez, la que más ruido tuvo con el cierre del peronismo, dividido en varios pedazos en el territorio bonaerense. La partida de Jorge Taiana hacia la lista de Cristina Kirchner (para ser su compañero en la boleta de senadores) armó un jaleo en la fuerza que ahora, llevó al barbado Pérsico a dedicarse exclusivamente a los temas sociales y económicos y a marginarse de la tarea electoral. Soldado que se corre, sirve para otra campaña..
Sin señal
En esta columna ya habíamos contado que en la jefatura de Gabinete nacional, donde manda Marcos Peña, se había determinado que en las reuniones de equipo nadie podía entrar ya con sus celulares pues las distracciones complicaban el ritmo de trabajo. Algo parecido sucede ahora en el Gobierno porteño, donde a las reuniones ministeriales ya nadie ingresa con su smartphone. Y para hacerlo más “amable”, el mismísimo jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta les regaló a sus ministros una cajita muy simpática para depositar los móviles antes de cada cita. Así, cuando uno va al coqueto edificio de la calle Uspallata se pueden ver las cajitas en las secretarías, casi devenidas en arbolitos de Navidad pues, mientras los funcionarios se encuentran trabajando, los celulares vibran, suenan y titilan sin descanso. ¿WhatsApp, Horacio?..