En una nota publicada por Infobae el día jueves 13 de abril del corriente año, se denuncia el «escándalo» cometido por docentes y familias en el jardín de infantes Mitre de la Ciudad de Buenos Aires. A la nota se adjunta el video del saludo al ingreso, un momento habitual en la vida de los jardines, en el que se comparten las cuestiones comunes a la comunidad y se reflexiona sobre ellas. Lejos de tratarse de un «meeting político» se trataba de la primera actividad de la jornada, tal como establecen los lineamientos pedagógicos didácticos del nivel inicial, que en este caso recuperó un tema sensible a la escuela pública y a las/os trabajadores que allí se desempeñan. La intención de grabar el acto da cuenta de una posición política opositora al reclamo del cuerpo docente que se manifiesta en palabras de un adulto que de modo breve y sencillo les habla a los adultos y que cierra nada más y nada menos que con el símbolo de la democracia nacional: el Preámbulo de nuestra Constitución.
Incluir a las familias en la vida cotidiana de los jardines de infantes es una tradición que se consolidó en nuestro país en el regreso a la democracia en 1983 y que inicia de la mano de las nuevas prácticas en las salas luego del onganiato. Hablar de «escándalo», de «asco» es parte de un discurso que por estos tiempos se pretende imponer en la sociedad argentina y que una vez más puja por filtrarse al sistema educativo por la educación inicial, la idea de una educación aséptica, sin «contaminación» política como condición para lograr la paz social en una embestida a los valores democráticos que sostiene la educación pública.
Plantear que se «obligaron» a los niños y las niñas (leáse la omisión de género de la nota) a ser parte de la vida de su jardín es no solo absurdo, sino que demuestra con total claridad la intención política de usar esta actividad que se repitió a lo largo y ancho del país en las escuelas públicas, de gestión estatal y gestión privada, como respuesta a uno de los más cobardes actos de gobierno de los últimos días para profundizar un modelo político-económico que pretende terminar con la escuela argentina tal como la pensó Sarmiento. Ese es el verdadero escándalo y no leer el Preámbulo de la Constitución a los más chicos.
Las Secretarías de Educación Superior y Educación Inicial de UTE/CTERA, se solidarizan con las maestras y autoridades del jardín Mitre y con las familias que el día miércoles 12 de abril enseñaron a los más chicos una de las principales herencias que vamos a dejarles: la dignidad y la lucha por los valores democráticos. Asimismo, repudia este nuevo ataque a la educación pública y a sus trabajadores en defensa de una escuela que enseña, resiste y sueña.